Está el amor horizontal. Intenso, pero breve. Hace escala en el corazón, si, pero no acampa.
El otro, el vertical, ése si naufraga y hace un trasvase en el alma, para llevar fluidos a la garganta que emergen en forma de suspiros, tal es su caudal de agua.
Para mi, la prioridad en la vida es ser cada vez mejor y mejor persona. Para eso hay un detalle fundamental, desde mi punto de vista, que hay que intentar desarrollar hasta sus últimas consecuencias:
¡Tener la Mente Abierta y Flexible! Ponerse en el lugar de los demás, y ser sincero en la medida de lo posible. (Ésto último es debatible, soy consciente). Pienso que uno, si cumple estos requisitos, será cada vez más compasivo, menos exigente con los demás, se querrá más, por lo que juzgará menos... y en consecuencia la fuerza interna crece y crece, hasta llegar un punto donde no existe rencor, simplemente porque no hay espacio para éste.
Y dicho todo lo anterior, me quedo con una frase, manida y no por eso menos certera:
¡El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra!
Hablaba de otro modo que nosotros todos, de otras cosas de aquí, mas nunca dichas antes que las dijera. Lo era todo: naturaleza, amor y libro.
Como la aurora, siempre, comenzaba de un modo no previsto, ¡tan distante de todo lo soñado! Siempre, como las doce, llegaba a su cenit, de una manera no sospechada, ¡tan distante de todo lo contado! Como el ocaso, siempre, se callaba de un modo inesperable, ¡tan distante de todo lo pensado!
¡Qué lejos y qué cerca de mí su cuerpo! Su alma, ¡qué lejos y qué cerca de mí!
"En un trabajo honrado lo corriente es trabajar mucho y ganar poco: la vida del pirata, en cambio, es plenitud y saciedad, placer y fortuna, libertad y además poder"
Yo no soy honesto. Y de un hombre que no es honesto solo se puede esperar que no sea honesto. Honestamente, es con los honestos con los que hay que tener cuidado, ya que nunca puedes prever cuando harán algo extraordinariamente absurdo.